La pintura es una intensa fuente de información, tantos como los enterramientos, para tratar de reconstruir las ideas religiosas de aquellos remotos tiempos. El arte y la religión han estado estrechamente ligados a través de toda la historia. Sin el arte, las ideas religiosas habrían carecido de grandiosidad, brillantez y una conmovedora potencia, un medio imprescindible para acoger, enseñar y dirigir a los fieles.
El arte ha recibido de la religión temas e inspiración profundamente espiritual que le da sentido a las formas. Es notable comprobar que esta conexión empezó en el Paleolítico, que las cavernas pintadas (salvando las enormes distancias), son las precursoras de los templos esplendorosamente decorados.
Cuando se hallaron las primeras pinturas rupestres, se les atribuyó un origen puramente estético. Los animales que se ven en las cavernas serían producto refinado del ocio del hombre paleolítico, que tomó por modelo los seres, objeto de preocupación, y cuyos movimientos y naturaleza conocían por sus expertos ojos de cazadores, acostumbrados a observarlos durante horas y días, esperando el momento propicio para apoderarse de ellos.
Pero si esta familiaridad con los animales, esa convincente representación, son ciertas, es falso suponer que estos hombres gozaron de tiempo libre, para entregarse a actividades de orden cultural, al goce del arte por el arte mismo, dado que supone un excedente de tiempo y actividad, solo dado por una vida fácil, basada en una alimentación asegurada. Pero ésto no era así, la vida del hombre prehistórico era dura y hostil. Un descuido, una cacería infructuosa, una epidemia de los animales o un desplazamiento de los rebaños salvajes, podía producir el perecimiento de tribus enteras.
Si el hombre no podía perder un momento para atender la conservación de su vida ( que se extinguía entre los veinte y los treinta años), no cabe duda que la actividad artística tenía una estrecha relación con su lucha frente a la vida. El análisis de su arte lo confirma.
Las obras creadas con fines estéticos deberían representarse en lugares donde puedan contemplarse fácilmente. Pero en las cavernas prehistóricas ocurre lo contrario. Estas poseen incomodidad física, peligros y tensión que implica acceder a esas representaciones. Estas pinturas se produjeron con una falta casi total de luz, (lámpara en piedra y alimentada con grasa animal).
LAS MANOS Casi siempre izquierdas. En positivo o negativo, Pintadas en lo mas profundo de las cuevas. Quizá con sentido mágico, ritual o ofenda
LAS MANOS Casi siempre izquierdas. En positivo o negativo, Pintadas en lo mas profundo de las cuevas. Quizá con sentido mágico, ritual o ofenda
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